Los días de gloria terminan con la llegada de las tropas romanas de Vespasiano alrededor del año 70. Aunque resistiron airados envites durante largos 7 meses, al final sucumben a la majestuosialidad militar de la XI Legión Ave Fenix al mando de Lucio Nardo. En el año 72, los Grovios porriñeses son el último pueblo galaico prerromano en abrir sus puertas a los romanos, quienes reconocen sus avanzadas relaciones socio-comerciales y les ceden el honor de ser socios -y no sometidos- en el control de la región situada entre la Ría de Vigo y el río Miño.